En Venezuela la agresividad y la violencia han ido tomando diversos campos a gran escala, desde el núcleo familiar, pasando por las relaciones interpersonales y los medios de comunicación de masas, hasta llegar a los principales mandatarios de la república. Transformando a una sociedad donde cada vez más el grado de volatilidad aumenta produciendo consecuencias fatales.
La agresividad en la psicología social se entiende por una conducta normal de los individuos originada por un impulso o mecanismo de evolución. Además, se han incorporado las teorías o modelos que suponen la existencia de mecanismos innatos relacionados con emociones relevantes para la supervivencia. Existen varias teorías que apoyan este pensamiento, entre las cuales destacan la teoría del impulso, que plantea que existen mecanismos psicosociales que incitan y promueven el estímulo que conlleva a la agresión.
De igual forma la teoría biológica muestra los factores sociales y biológicos que originan que influyen al desarrollo de la agresión. En esta teoría plantea que existe un perfil de violencia de los agresores, donde se manifiesta que los episodios de agresión van disminuyendo o aumentando con el transcurso de la niñez, la adolescencia y culminando en la edad adulta. En el caso que se manifiesta un aumento, en la etapa adulta las consecuencias terminan en conductas antisociales, un ejemplo de ello es la creciente población de delincuencia en Venezuela, a consecuencia de una mala canalización de estas conductas a temprana edad.
Por otra parte existen psicólogos que manifiestan que la agresividad se considera una conducta o tendencia hostil o destructiva, dirigida a hacer daño o herir a otro ser viviente motivado a evitar ese trato. En este caso se nombran dos tipos de agresión, la agresión colérica o afectiva, que se produce por una reacción o provocación previa con el fin de herir o dañar a una persona. Y también está la agresión instrumental, que conlleva a otro objetivo diferente a hacer daño, como la autodefensa.
El ruido, el calor, la frustración, la cultura, los medios de comunicación, son algunos de los factores que originan una conducta agresiva en la persona, sin embargo en cuanto a la cultura de cada grupo, región o país, es elemento fundamental para los niveles de agresión y violencia, ya que a través de nuestro entorno adquirimos conductas que con el transcurrir del tiempo se visualizan como señales normales para el aprendizaje social.
Asimismo la teoría del aprendizaje social muestra que los individuos observadores copiaran a un modelo imitando la conducta del mismo, tomando en cuenta que esta se llevara a cabo por factores semejantes con los observadores asociándolo a un status o poder.
Un ejemplo claro de la vigencia de esta teoría fue en el periodo donde el ex presidente Hugo Chávez Frías manifestaba la autorización a familias de bajos recursos de “invasión” a terrenos para la construcción de viviendas. Cabe destacar que la frecuencia de la imitación aumenta cuando los observadores al realizar dichos actos, adquieren beneficios del mismo, esto nos muestra que la cultura regula el uso de la agresión en las relaciones sociales, dándole un significado a la misma.
Efectivamente los esquemas de agresión siempre estarán en las sociedades pero queda de parte de las mismas controlar estos niveles y enfocar su cultura a la disminución de actos de violencia intencional.
Antmar Quevedo
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