Ideales tras las rejas


Limitaciones del pluralismo mediante el acoso del pensamiento

El estudio de la política tuvo su génesis en la antigua sociedad Griega, donde destacados filósofos la comprendían como la búsqueda del bienestar de la “Polis” (Sociedad Ateniense), por medio de un individuo al que se le atribuían un conjunto de responsabilidades, que pasarían a ser llamadas “poder político”. Esto se mantuvo vigente hasta que en la Edad Media el filósofo Nicolás Maquiavelo, planteó una preocupación adicional a los medios de búsqueda y obtención del poder, la manera de mantenerlo.

Las revoluciones Liberales que abrirían las puertas a la modernidad en el viejo continente, prometían acabar con los gobiernos vitalicios, hasta que en el periodo entre las dos guerras mundiales surgieron nuevamente ideales de gobernantes patriarcales con vocación de eternidad, que se plasmaron en el “Fascismo Italiano” de Benito Mussolini, “El Reich de los Mil Años” de Adolf Hitler y la utopía “Marxista-Leninista” de Josef Stalin. Dictadores que por medio de discursos nacionalistas y falacias gobernaron sus naciones hasta su muerte.

Años más tarde Venezuela fue sacudida por una crisis social que se reflejó en una sociedad buscadora de un cambio político que encontró en el  entonces Socialdemócrata Hugo Rafael Chávez, quien asume la presidencia venezolana en el año 1999, auto declarándose  un “Bolivariano con sed de historia”.

En los primeros años del gobierno de Chávez, surgió un descontento galopante en la clase media venezolana que culminó con un estallido social el once de abril de 2002 en el cual diecinueve personas fallecieron, y más de cien fueron heridas.

De las diecinueve muertes, solo fueron investigadas dos, debido a que habían sido ocasionadas por proyectiles similares a los utilizados por la Policía Metropolitana, organismo del cual seis funcionarios de comandos diferentes fueron detenidos.

Declaraciones previas aclarando que no se podía brindar suficiente seguridad, no fueron impedimento para que el entonces comisario Iván Simonovis sea encarcelado a pesar de que las pruebas no pudieron ser vinculadas a los funcionarios.

Historias como ésta abundan en la Venezuela de hoy, Leopoldo López, Antonio Ledezma, Ceballos, Afiuni, entre otros lo prueban. El factor común entre todos han sido las irregularidades en sus procesos jurídicos, los más comunes han sido retardo o celeridad procesal a conveniencia, declarar inadmisibles los recursos que no provengan de órdenes del ejecutivo y la imputación de delitos comunes.

Según Theresly Malavé existen dos tipos de presos políticos: los “presos de conciencia” que son todos aquellos que luchan por la democracia venezolana y un mejor país, y los “presos del poder” que son aquellos que son arrestados por intereses particulares de los gobernantes.

La justicia venezolana parece no trabajar con los principios democráticos establecidos en la constitución del año 1999. Omar Mora, quien lleva riendas en los casos de varios presos políticos, explica que esto se debe a una progresiva “cubanización del país”, pues en 15 años de gobierno, el chavismo ha trabajado por “desmontar las instituciones y alterar leyes contra la voluntad del pueblo”

Omar Mora aclaró además que donde no hay separación de poderes no puede haber democracia porque dejan de existir las barreras que impiden el abuso, “en un país donde la presidencia controla la ley, la legislación y el poder electoral no existe más que una dictadura”, sentenció.

Según el doctor Mora, la centralización es una gran cárcel para todo aquel que piensa distinto, pues a pesar de que el pluralismo está amparado por la ley, esta no le ofrece ningún tipo de garantías, teniendo así a jóvenes presos por “twittear” en un país con pocas esperanzas en un cambio político real.

En febrero del año 2014, el presidente de la república Nicolás Maduro, sufrió una grave crisis de legitimidad, lo que llevó a un gran número de ciudadanos venezolanos a tomar la calle solicitando la renuncia del mandatario recién electo. Para el sector oficialista esto se consideró un ataque contra la democracia, sin embargo la respuesta fue una fuerte represión y un abuso de poder por parte del sector gobernante.

Tras esos hechos el gobierno ha ido encarcelando sistemáticamente a toda posible amenaza a la estabilidad del régimen, o inhabilitarlos políticamente para ejercer cargos públicos. Poco a poco se cumple lo dicho por el escritor Plinio Apuleyo Mendoza en el año 1999, que  su artículo “El Caudillo de la Cara Pintada” profetizaba a una Venezuela donde escaseaba el pluralismo, la libertad y la justicia, además de la comida y el empleo.

Algunos años previos a la Revolución francesa, El Barón de Montesquieu, célebre filósofo de la ilustración propuso la independencia de poderes como su mayor aporte para la posteridad, considerando que “Es una experiencia eterna  que todo hombre que tiene poder es llevado a abusar de él; y llega hasta encontrar límites… Para que no se pueda abusar del poder es necesario, que por disposición de las cosas, el Poder detenga el Poder”.

Obviando todas las señales, y el pasado histórico del mundo, Venezuela ha sucumbido una vez más ante el populismo y el demagógico verbo de un mandatario con carisma. Sin embargo, los abogados Omar Mora y Theresly Malavé. Consideran que el enorme descontento por las políticas económicas del estado, representan una oportunidad para que el sector opositor pueda cambiar el panorama para los presos políticos mediante una buena legislación.

En una Venezuela con crisis social, económica y de justicia. La solución a los problemas no salta a la vista, sin embargo gran parte de la misma no se obtendrá por las urnas electorales, sino con un fuerte trabajo de educación. Cambiar los valores del ciudadano común y rescatar la institucionalidad de la nación es  lo que abrirá las puertas a la oportunidad de vivir en un país de estabilidad, paz y respeto por las mentes disidentes.

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Acerca de Juan Luis González Díaz 99 Articles
Periodista egresado de la Universidad Arturo Michelena (UAM) y maestrando en filosofía en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Es profesor de la Universidad Bicentenaria de Aragua (UBA), fue profesor en la Universidad Arturo Michelena y posee estudios de diplomado en Análisis Político (UCAB) y Gerencia Pública y Gobernabilidad Democrática (UCAB). Ha desempeñado diferentes labores relacionadas con la comunicación social en medios como la revista digital enfocada a temas de DDHH y sociedad civil, Alternos.la; el diario La Región del estado Miranda o el portal web, El Pitazo.

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