Saldré un poco de la rutina iniciando esta vez un artículo con una afirmación: Las Utopías no son malas, malos son aquellos que pretenden imponer sus utopías a los otros, distanciándose del uso de la fuerza de la razón en preferencia por la razón de la fuerza.
El termino «Utopía» acuñado impecablemente por Tomás Moro, es una palabra compuesta que podríamos traducir como un No (U) – Lugar (Topo), o en su defecto, variando la pronunciación a (Ou) nos estaríamos refiriendo a un lugar bueno. La unión entre estas dos posibles traducciones literales, es lo que entendemos por Utopía, un lugar bueno que no existe.
Es perfectamente válido que los pensadores se valgan de las utopías para plantear sus ideas, como lo han hecho diversos pensadores a lo largo de la historia humana. Generalmente las utopías nacen como una respuesta al rumbo evolutivo de las sociedades o como consecuencia de acontecimientos que marcan una ruptura en la historia. Sin embargo, hay una utopía que partió por otra parte de la nada, y que basándose en irrealidades tan abstractas como la utopía en si, se convirtió (posiblemente por empatía) en una de las ideologías más importantes y con más adeptos en el mundo… si, hablamos del socialismo.
El periodista Antonio Alférez, en su primer diccionario de terminología política, definió el socialismo como una «teoría política y económica que se opone en mayor o menor grado, a la propiedad privada y defiende la explotación en común de la riqueza en beneficio de la sociedad y no del provecho personal».
A raíz de esa definición podemos resaltar varios detalles e intuir ciertas cosas, en primer lugar «se opone a la propiedad privada»… ¿podría vivir un hombre sin tener cosas?… En el caso de la Misión Vivienda hecha por el gobierno de Venezuela, ésta propiamente no «da» una casa como propiedad al beneficiado, sino que simplemente le otorga el beneficio de utilizar algo que no le pertenece, ese es un modelo denominado «propiedad social», sin embargo esta medida socialista tiene una consecuencia negativa para el beneficiario, pues si bien le es otorgada una vivienda, ésta puede serle arrebatada por el estado… después de todo, no es suya, sino le fue asignada por un beneficio político.
La contracara de la «no propiedad» es «la explotación en común de la riqueza para el beneficio social»… ¿esto que significa?… o mejor dicho ¿que es el beneficio social?… ¿es el beneficio de toda la sociedad? ¿es el beneficio de uno o varios sectores de la sociedad que tengan ideales afines al régimen?… ¿o es únicamente el benefício político del régimen de turno?.
Nadie define que es lo mejor para todos, y esa es la principal causa del fracaso del socialismo como ideología, pues solo pasó por alto un detallito… la naturaleza humana.
Hace muchísimos siglos, el pensador griego Aristóteles definió al hombre como un animal «práxico», es decir que actúa, entendiendo que actuar va mas allá de moverse para satisfacer un instinto, y abarca también la capacidad que tiene cada individuo de pensar, planificar y decidir su propio destino. En ese sentido y en otros, cuando la utopía roja planea que nos distanciemos del beneficio personal, en pro a favorecer una masa homogénea e inexistente a la que denominan sociedad, se está atentando directamente contra el principio de aquello que nos hace humanos… Ser libres.
A pesar de eso el socialismo no ha muerto, sigue apareciendo cada cierto tiempo en la historia, en mentes revolucionarias que con suficiente demagogia de calidad sumen en la miseria a sus pueblos que siguen pensando que la desigualdad es consecuencia de que el burgués no comparte… y que la iniciativa inteligente por parte de quien desea progresar y vivir mejor no entra en la ecuación y no juega un papel productivo en el crecimiento de las sociedades.
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