El concepto del álbum parece ser tomado de las Cuatro estaciones del músico clásico Vivaldi, pues, consta de cuatro canciones, las cuales representan una estación del año cada una. El disco comienza con un sonido tenue que se torna muy fuerte, y armónico; un sonido mágico con muchos detalles dispersos entre la batería, el teclado, la voz y los coros; los cuales logran crear un tema con mucho Groove, y un color muy propio de la primavera.
El primer tema Awaken from the Dark Slumber (Spring), correspondiente a la primavera dura 14 minutos con 40 segundos, que se hacen pocos y se disfruta como un tema mucho más corto.
El tema The Forest That Weeps (Summer) correspondiente al verano dura 12:18, y es un tema mucho más rítmico en su verso, a pesar de tener contratiempos y compases irregulares en el estribillo. El tema consta de una base muy sólida y un delicado acompañamiento melódico, que logran junto a las pausas y transiciones del tema, hacer de éste un universo en sí mismo.
Al inicio del tema Eternal Darkness (Autumn) de 14:08, se puede escuchar un cambio radical, el disco pasa de tener una atmósfera alegre a una mocho más oscura, que explota repentinamente en un tema mucho más crudo y brutal, con un estilo que se aproxima mucho al black metal de bandas como inmortal, pero manteniendo con el teclado el carácter melódico que caracteriza a los discos de Wintersun. En este tema es necesario destacar, que el trabajo de la batería es impresionante desde el punto de vista de los detalles, más allá de mantener el tiempo, se puede escuchar un rol más protagonista en un tema lleno de fills combinado de manos y pies que aportan algo bastante distinto al resto de la obra, aunque su defecto es que puede tornarse un poco monótono para algunos oyentes.
El final repentino del otoño desemboca en la llegada del invierno, representado por el tema Loneliness (Winter) de 12 minutos con 54 segundos de duración.
El inicio del tema es una melodía muy tranquila que explota al mejor estilo del metal más clásico, con una base muy lenta pero a su vez pesada, transmitiendo mucha fuerza que se torna en relajación por el acompañamiento suavizante al mejor estilo del melódico al que la banda tiene acostumbrados a sus oyentes. Al octavo minuto el tema explota aún más, manteniendo la base tranquila que se alterna con las desgarradoras voces guturales.
El invierno es en este disco, tranquilo, oscuro y desgarrador. Así culminan éstas cuatro estaciones del deth metal. Un disco de sonído épico que debe escucharse con mucha atención para ser disfrutado.
Al igual que su antecesor Time, The Forest Seasons es una obra que destila, detalle, virtuosismo y belleza, aunque se advierte que para seguidores de géneros más clásicos del rock o el metal pueda resultar algo bastante difícil de digerir.
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