La noche del jueves 7 de septiembre el «presidente» Nicolás Maduro anunció una serie de medidas económicas bastante temerarias cuyas consecuencias desconocemos, pero muy cierta y justificadamente tememos.
La primera de ellas es el establecimiento de precio máximo de venta a 50 productos acordados. Ésta medida es la prueba de que el gobierno no aprende de sus errores, un control estricto de precios por parte del gobierno tiene su antecedente en 2014 cuando se implementa la Ley de Precios Justos, la cual, con el grito de «que no quede nada en los anaqueles», el régimen ciertamente vació anaqueles que no han podido volverse a llenar desde entonces. No es necesario ser economista para entender que los controles generan escasez, pero una vez más, el oficialismo apela por una medida populista en tiempos electorales.
Una de las propuestas del presidente fue también darle rango constitucional a los Clap, dándole además personalidad jurídica propia… ¿personalidad jurídica para qué? nos preguntamos mentalmente muchos… «¡Para ponerle los ganchos a los bachaqueros y a quienes cometan crímenes económicos!» no tardó en decir Maduro quien aún cree que el único responsable del mal estado de la economía es una «guerra económica» generada por sus opositores, cuando más bien la responsabilidad real es la perseverancia que tiene el gobierno en marcarse goles en contra y dañarse a si mismo, o en el caso que la guerra económica exista… ¿no hay responsabilidad en la incompetencia que ha tenido el gobierno para combatirla?
Una medida menos terrible es la apertura de casas de cambio en todo el país, sin embargo, estando el mercado negro ofreciendo gran valor a las divisas ¿quien las venderá en casas de cambio por menor precio?… ésta es una medida que si bien no es dañina, no tiene mucho que aportar a nuestro contexto.
La cesta de cambio en otras divisas diferentes al dolar tampoco es terrible, sin embargo… no son la India y China los principales proveedores de los importadores privados (China si lo es del gobierno), así que solo queda esperar quien invertirá en esas monedas.
Maduro anunció también la creación de una ley para la protección de la inversión extranjera… ¡y seguimos con los controles!… una ley que regule la inversión extranjera puede tener cualquier objetivo, pero el resultado más probable siempre es que la inversión extranjera huya rápidamente a invertir su dinero en un sitio que le permita manejar, y retirar sus capitales libremente.
La cereza del pastel populista autodestructivo económico que nunca falta entre los anuncios económicos es un aumento desproporcionado del salario mínimo, ésta vez del 40% para ser implementado a partir de «hoy mismito». Otro aumento que ninguna empresa privada está en capacidad real de pagar, que generará miseria, más escasez de toda clase de productos y ¿como no? otra gran disminución del poder adquisitivo de los venezolanos a mediano plazo.
No todas las noticias deben ser apocalípticas, también habrá disminuciones del IVA para las transacciones electrónicas y se estimulará el pago de servicios públicos por esa vía ¿solucionara la crisis del efectivo?… probablemente no, pero nada cuesta soñar.
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