¿Para quién trabajas?

 

He pasado las últimas semanas bastante pensativas, analizando todo lo que me rodea, lo que soy, lo que me afecta directa e indirectamente; y todo lo he desahogado escribiendo. Pero hoy en especial tengo algo que decir, pues estos días le he dado muchas vueltas a un asunto; la pérdida de la vocación. Así mismo. Porque resulta que muchas veces dentro de nuestra carrera universitaria, o nuestro oficio, nos sumergimos tanto en lo que queremos hacer, cómo lo haremos y cómo nos beneficiaremos, que nos olvidamos de lo esencial: por qué y para qué.

Principalmente hay que entender que nuestra profesión es una labor social. Sí, tú ingeniero, eres un trabajador social. También tú, científico, arquitecto, comerciante, mecánico… Y tú, diseñador gráfico, psicólogo y comunicador social. Es gracioso, porque no sólo las carreras matemáticas o que no se relacionan directamente con la sociedad, olvidan que incluso así son labores socialesaquellas que por naturaleza tratan con las personas, son las primeras que se olvidan de eso.

Estudio Comunicación Social, y todo lo que he visto en los salones en mis ocho semestres estudiando, son personas llenas de sueños. Por supuesto, eso es maravilloso, el problema está en que se concentran en ellos mismos. “Quiero tener un programa de televisión” “Quiero ser locutor en una radio con trayectoria” “Quiero trabajar en un medio internacional” “Quiero ser un periodista reconocido”, son algunas de las metas más comunes. Pero, ¿por qué quieres todo eso? ¿para qué lo quieres? ¿qué esperas lograr?

Si la respuesta a estas preguntas es fama o estabilidad económica, entonces estamos viendo las cosas al revés. La labor del comunicador social no es ser reconocido, ni que su voz o su opinión sobresalga; su labor es sacar a relucir lo que la gente ve, piensa, cree, siente. Nos lo repiten muchísimo durante la carrera, pero pocos entienden la profundidad de esto; creen que sus capacidades de redacción, de oratoria, el carisma frente a la cámara o sus excelentes ideas son suficientes para alcanzar el éxito; pero es que el éxito no es solo el talento que tengas, sino lo que haces con él. La fama y el dinero vienen después, cuando trabajas en lo que es en realidad importante: la gente.

Como comunicador social (y no hablo solo del periodista, porque comunicación social es mucho más que eso) nuestro trabajo es acercarnos a las personas y preguntarles qué es lo que ellos quieren saber, qué es lo que quieren entender. Si vas a entrevistar a alguien reconocido, por ejemplo, pregúntale a tu familia, a tu círculo de amigos y de conocidos, qué necesitan saber que esa persona pueda responder. Si vas a entrevistar al ministro de educación, pregúntale a los padres de los niños cuáles son los asuntos que aquejan al sistema educativo del país, qué ven ellos que necesitan que él tome en cuenta.

Quizás me extendí un poco en el punto; pero espero que se entienda. En resumen se trata de comprender cuál es la labor, el objetivo, el fin último de nuestra profesión, sea cuál sea, y prepararnos para ella. Ir hacia la principal fuente; las personas para quienes trabajamos, y a partir de allí labrar nuestro oficio. Somos instrumentos, somos funcionarios públicos, sociales; incluso si trabajamos en empresas privadas o de forma particular, seguimos para trabajando para las mismas personas que como tú y como yo, enfrentan preocupaciones, problemas y necesidades, que tu profesión y la mía ayudan a resolver.

El médico olvida que cada paciente tiene una condición y estilo de vida distinto, y que los mismos síntomas no significan la misma condición para todos. Cada persona merece un trato individual.  El profesor se olvida que el fallo del estudiante requiere atención. Para eso estudió pedagogía, para saber tratar con sus alumnos, y con las características de cada uno de ellos, y aplicar la mejor estrategia para su aprendizaje.

El líder o dirigente se pierde en sus propias ideas, su propia visión de las cosas, de tal manera, que no incluye las necesidades reales de la población de la que se encarga. Es vital que se dirija a cada sector y comprenda de primera mano cuáles son los asuntos a tratar, y que en función a ellos desarrolle estrategias competentes. Y así, sucesivamente, cada uno deja de lado lo que el otro, para quien trabaja, requiere. Yo estoy cansada de escuchar a mis compañeros criticando que los estudiantes de otras carreras no se preocupan ni saben lo que ocurre en el país, como uno, que estudia comunicación social. Y yo me pregunto ¿y no es acaso nuestra responsabilidad saberlo? No es responsabilidad del diseñador o el fisioterapeuta; sino del comunicador. Y es también nuestra responsabilidad fungir como transmisores de esta información; no entre nosotros mismos, sino a los demás que están a la espera de la información que como ciudadanos deben y merecen saber. Pero somos nosotros quienes debemos acercarnos a ellos, preguntarles si están enterados de lo que ocurre en la universidad, en el estado, en el país; qué opinan al respecto, qué quisieran saber, qué sugieren, cómo les afecta tal o cual evento. Ese es nuestro trabajo, esa es nuestra pasión.

Finalmente les invito a preguntarse; como estudiantes o profesionales de cualquier oficio:

¿Por qué elegí esta profesión?

¿Qué hay en mí que este oficio necesite?

¿Para qué; para quiénes estoy estudiando/trabajando?

No podemos olvidar que somos funcionarios dentro de la sociedad. Lo que nosotros le ofrezcamos a los demás, otro nos lo ofrecerá a nosotros; trabajamos individualmente por la comunidad, trabajamos para la gente, y esto eventualmente nos beneficiará a nosotros.

Tu trabajo es hacerte responsable la necesidad del otro.

Foto del avatar
Acerca de Ruth Toro 11 Articles
Comunicadora social mención periodismo impreso especialista en redacción de contenido, artículos de opinión y escritura creativa. Bilingüe. Fotógrafa y locutora amateur. Intérprete en Lengua de Señas Venezolana. Apasionada por el doblaje de voz, la animación y la oratoria.

1 Comment

  1. Lo que sucede es que en la actualidad, la sociedad se ha llenado de frivolidad por culpa de los mismos medios, formando un círculo vicioso. Lamentablemente, somos o nos hemos convertido en lo que los mismos medios nos han vendido. Efectivamente estoy de acuerdo contigo, se necesita un giro de parte de los que nos estamos formando como comunicadores y la sociedad en general, para poder reescribir nuestro destino.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.