Klebsiella pneumoniae está compuesta por bacterias gram negativas de la familia Enterobacteriaceae y es la especie intrahospitalaria de mayor relevancia que crea multiresistencia a los antibióticos utilizados en el organismo.
Ataca específicamente a neonatos, pacientes ingresados en cuidados intensivos, con diabetes mellitus o alcohólicos. Esta bacteria conduce a necrosis, hemorragias e inflamación en los pulmones generando la destrucción del tejido.
La doctora Adilen Vargas, especialista en infectología, manifiesta que la flora bacteriana es diferente en cada centro hospitalario, al igual que los microorganismos normales dentro del área de cardiología no son las mismas existentes en Unidad de Terapia Intensiva. Además de las enfermedades que ya posee el paciente que lo predisponen a una u otra determinada infección.
No se puede eliminar por completo la muerte por Klebsiella, ya que el ambiente no es completamente estéril en estas áreas. Pero si se puede disminuir al mínimo el porcentaje, tomando en cuenta ciertas medidas comenzando por reducir lo más que se pueda los días de hospitalización, ya que no solo se pueden contaminar lo pacientes, sino también los familiares y el personal.
La infectologa indicó que existen documentos microbiológicos que manifiestan la necesidad de una distancia adecuada entre un paciente a otro, además que a estos pacientes que han contraído dicha bacteria se deben aislar para evitar que los demás neonatos se vean afectados.
De igual forma, al momento de conocer que el paciente está contaminado por Klebsiella, el pediatra encargado del área está en la obligación de instruir a sus padres e informarle que es necesario restringir las visitas y evitar que ellos sean un transporte para que estas bacterias se extiendan a otros lugares.
Otra de las medidas a utilizar es la indumentaria correcta para ingresar a las áreas, como bata descartable, gorro, tapabocas y botas, y las correctas técnicas para el lavado de manos antes y después de permanecer con el neonato tanto para los padres como para el personal.
En el caso de los antibióticos, el tiempo correcto para que comience a hacer efecto en el organismo del bebe es de 72 horas, aunque en ciertos casos el paciente puede durar hasta 21 días recibiendo antibiótico.
Además de tomar en cuenta todas estas medidas, Vargas manifiesta que es fundamental para un paciente y en este caso aún más para un bebe, el cariño y la atención que sus padres puedan darle, esto estimula su sistema inmunológico, necesitan de un apoyo vital y nada más el hecho de encontrarse entre personas que él ve como extrañas, hace que su sistema se deprima y así la bacteria generará mayor resistencia a los antibióticos.
Antmar Quevedo
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