Mucho se ha hablado sobre elecciones en Venezuela, hace unos pocos años la oposición venezolana marchaba continuamente exigiendo el adelanto de los comicios presidenciales, se planteó acortar también el periodo presidencial de Nicolás Maduro, así como la activación de un referendo revocatorio.
Desde entonces el escenario político en Venezuela ha cambiado sustancialmente, las bases comiciales desiguales presentadas por el CNE para la elección de diputados a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), y la falta de consulta previa a la ciudadanía; terminó con unas elecciones internas cuyas cifras de participación fueron alteradas según lo comunicó Smartmatic, la empresa que para el memento, solía proveer al gobierno de los equipos utilizados en las elecciones en el país.
La falta de consulta previa, y la denunciada falta de transparencia en los comicios, es motivo suficiente para el total desconocimiento de esta “¿institución?”, sin embargo, en el marco de este cuestionado parlamento se han realizado dos convocatorias a elecciones; en las primeras la oposición decide participar sufriendo, según los datos del CNE, una aplastante derrota, y aun así, el Gobierno Nacional, de la mano con la ANC, comunican que los gobernadores electos en esos comicios que no se juramenten ante dicho Legislativo (hasta el momento carente del reconocimiento de los opositores al gobierno), no podrían ejercer sus funciones; algo similar ocurrió en las elecciones de alcaldes, en las cuales, los principales partidos opositores decidieron abstenerse.
El contexto actual es ligeramente diferente al de las elecciones anteriores, si bien la ANC ha vuelto a llamar a elecciones, la oposición venezolana, unida por el propósito de lograr el cambio de gobierno, se encuentra dividida por el método que ha de utilizarse para tal fin.
Por una parte, los partidos menos radicales optarán por participar de los comicios por medio de la candidatura de Henri Falcón, candidato que recientemente fue derrotado en las elecciones regionales convocadas por la constituyente; y que no goza del apoyo (y en muchos casos ni siquiera de la tolerancia) de un gran número de electores opositores debido a su pasado como militante del partido oficialista Psuv.
Otras alternativas son los movimientos Soy Venezuela y el Frente Amplio Venezuela libre, ambos conformados por diferentes representantes de la oposición venezolana y que comparten el objetivo de lograr el cambio de gobierno. Estos movimientos los menciono en paralelo porque a pesar de compartir un objetivo, (y estar divididos presuntamente por el método), comparten además su mayor defecto, que es la ausencia de una hoja de ruta clara que incluya a la ciudadanía; pero aun así, pueden a llegar a representar la voluntad de cambio del país (aún no han llegado a serlo).
Uno de los mitos políticos más errados es uno de los más repetidos en estos tiempos: “dictadura no sale con votos” o “por métodos democráticos; cuando la regla es que los malos gobiernos caigan por su propio peso. Un ejemplo reciente puede ser la abolición del Apartheid, el sistema de segregación impuesto por la minoría que gobernaba en Sudáfrica, y fue abolido entre 1990 y 1991, lo que abrió paso a que en 1994, el pueblo sudafricano se expresara por primera vez en su historia por medio de unas elecciones en las que resultó electo como presidente Nelson Rolihlahla Mandela.
El contexto de aislamiento internacional, falta de apoyo, sanciones y la crisis interna de naturaleza política, económica y social que se vive en Venezuela, hace pensar que el Gobierno Nacional no podrá mantenerse aferrado al poder por mucho tiempo en medio del cambio del contexto mundial que se vive en lo que va de siglo, sin embargo, queda en manos de los venezolanos el rescate de los principios democráticos que permitirán la construcción de un país productivo a partir de los principios de libertad, tolerancia y estimulación de la diversidad; y desde luego, respeto a la inversión y propiedad privada.
En un país donde las personas mueren por la falta de medicinas, los ciudadanos venezolanos deben ser la cura de estos males; sin embargo, el principio de ese cambio deben ser unas elecciones iguales en las que haya posibilidad de alternabilidad, pues, si se reconoce la ANC como Poder, ganar unas elecciones no sería más que tener un presidente sin competencias sometido a la voluntad de un organismo capaz de moldear un Estado a su medida.
¿La salida del gobierno son las elecciones?… la respuesta es sí, pero deben ser unas elecciones libres y democráticas, donde los venezolanos puedan elegir y no solamente votar.
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