Los asientos vacíos en la sala de conferencias se encontraban situados frente a un pizarrón blanco, que poco a poco se llenaba de contenido, el profesor se giraba en ese momento y veía el espacio en blanco, como si realmente hubiese algún espectador transcribiendo en una de las pequeñas mesitas que acompañaban los asientos.
La puerta de la sala se abrió de manera repentina, un joven con aspecto despistado había ingresado al aula, observó los asientos vacíos, la pizarra y se retiró.
El profesor mostró un enorme descontento, -¡¿Quién puede vivir en un mundo sin respeto?! – gritó, y se quedó viendo hasta el fondo de la sala como si esperara algún tipo de respuesta.
En medio de su cólera, decidió tomar asiento y cerró sus ojos por unos breves minutos, los suficientes para que una chica ingresara al salón y le viera. – ¿se siente bien señor? – Preguntó la chica morena de ojos negros. ¿Esta es la clase de Historia de la Filosofía? – Preguntó la joven – Si aunque llegas un poco tarde, si lo desea le puedo poner al tanto del contenido cuando el resto de los estudiantes se retiren- recibió por respuesta.
La joven se dio media vuelta y solo pudo ver los asientos vacíos, no entendía lo que ocurría, volvió a hablarle al profesor para decirle que no había allí más nadie que ellos dos.
El profesor parece percatarse de la ausencia de estudiantes y empieza una densa charla sobre el origen del estudio de la razón. Platón, Aristóteles y Maquiavelo fueron los argumentos teóricos para hablar sobre el pensamiento político en la antigüedad.
La conversación se tornó más amena con cada minuto, la joven se sentía impresionada por la enorme cultura y la pluralidad de temas abarcados inteligentemente por su interlocutor.
El docente se levantó repentinamente, y dijo sin mirar su reloj que debía impartir otra clase, acercándose a la puerta la mantuvo abierta amablemente para que la muchacha saliera, al cerrar el salón fueron interceptados por la directora de la escuela de Psiquiatría – Acompáñeme señor, temía no encontrarle por acá -, la joven impresionada veía al profesor, “¿trabaja también en la Facultad de Ciencias de la Salud?” pensó sin decir nada, la curiosidad llevaría a la joven a seguirles de cerca hasta que ingresaron al consultorio donde esperaban los alumnos para llevar a cabo sus prácticas sobre el tratamiento de la Esquizofrenia.
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