Recientemente Shirley Cramer, la Directora Ejecutiva de la Royal Society for Public Health, emitió un comunicado que decía que:”Los medios sociales virtuales han sido descritos como más adictivos que los cigarrillos y el alcohol”. Así que al parecer estar constantemente bombardeado por mensaje, imágenes, audios y vídeos de personas extrañas que viven en países lejanos puede no ser bueno para la salud mental.
La Directora Shirley Cramer agrega que ya no es posible ignorar que las redes sociales están relacionadas con los problemas de salud mental de los jóvenes. Según las estadísticas 25% de los milennials miran su teléfono más de 100 veces al día en comparación con los baby boomers que solo lo hacen el 10%.
Las redes sociales más fuertemente basadas en las imágenes, tales como Instagram y Snapchat, parece que pueden estar impulsando sentimientos de ansiedad en los jóvenes. Instagram, una aplicación que la gente utiliza para compartir fotos de sus vidas, fue calificada como la peor para la salud mental de los jóvenes del Reino Unido, entre 14 y 15 años de edad, seguido por Snapchat, Facebook, Twitter y YouTube.
Un estudio de 2015 en la revista Cyberpsychology, Behavior and Social Networkings sugiere que los jóvenes que son grandes usuarios de las redes sociales – gastan más de dos horas al día – reportan una mala salud mental y trastornos psicológicos, entre los que se incluyen la ansiedad y la depresión.
Como todo en la vida, hace falta un balance para mantener nuestra salud mental, no solo controlando nuestra participación en las redes sociales virtuales, sino en el espacio físico real donde nos desenvolvemos: Hogar, trabajo, escuela, lugares de esparcimientos, entre otros.
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