En la semana del 20 al 25 de junio, la ministra de educación de Argelia ordenó interrumpir el servicio de internet de su país por varias horas cada día. Sobre esta medida extrema conversamos esta semana.
El 20 de junio arrancaron los exámenes de bachillerato en Argelia. Más de 700 mil jóvenes acudieron a esta prueba este año, cuya aprobación los confirma como bachilleres. A pesar que los dispositivos móviles están prohibidos en los salones donde se realizan las pruebas y que se instalaron cámaras de vigilancia en cada aula y equipos para bloquear el servicio de internet en las locaciones respectivas, las preguntas del primer día se colaron en las redes sociales, hecho que “obligó” a la ministra de educación, Nouria Benghabrit-Remaoun, a solicitar la suspensión del servicio de internet una hora previa al inicio del examen y durante toda la duración del mismo.
No es la primera vez que este problema ocurre. En 2016 se ordenó la interrupción del servicio de las principales redes sociales para evitar la propagación de las preguntas, y el año pasado también se realizó un esfuerzo similar. Ante el fracaso de estas iniciativas, la ministra optó por la radical medida de solicitar a Telecom Argelia la suspensión nacional del servicio de internet, que se aplicaría durante varias horas hasta que terminen los exámenes.
En nuestro mundo moderno, ¿cuántas pérdidas acarrea la suspensión o falla del servicio de internet? En nuestra opinión, internet es un servicio básico fundamental, que debería garantizarse 24 horas al día durante los 365 días del año.
Pensamos que el gobierno argelino ha podido recurrir a otras medidas para atender esta situación, antes de optar por interrumpir el servicio. Una opción a considerar es la realización simultánea de todos los exámenes. Así, todos los jóvenes aspirantes estarían expuestos a la misma prueba. Si esto no es posible, lo deseable es contar con un banco de datos de preguntas amplio, seleccionadas aleatoriamente para cada horario de exámenes, una medida que haría poco efectiva la transmisión de preguntas de exámenes previos. Es un método usado en otros países e instituciones educativas, sin traumas ni contratiempos.
Ciertamente es condenable que cualquier persona se quiera aprovechar de información privilegiada para poder conseguir resultados favorables que de otra manera fueran inaccesibles, pero al mismo tiempo pensamos que es injusto que se castigue a todo un país por la incapacidad de dar con unos pocos, “amigos” del camino fácil.
¿Cómo manejaría usted este caso?
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