El fotoperiodismo Venezolano tiene sus inicios en los años 60, época en la que el lente de una cámara fotográfica sirvió como testigo de los hallazgos que marcaron la historia Política, económica y cultural de los venezolanos. Imágenes impactantes como las del Porteñazo, el Caracazo y el atentado contra el entonces presidente Rómulo Betancourt, recorrieron el mundo entero reflejando la realidad de aquella sociedad en momentos de crisis.
Los Comunicadores sociales y en especial los Reporteros Gráficos, en el año 2014 se vieron envueltos en conflictos legales por fotografiar las protestas contra el desabastecimiento y colas para comprar alimentos en los distintos supermercados del país.
Actualmente el Fotoperiodismo en Venezuela se ha convertido en una profesión peligrosa debido a la represión, censura y agresiones a las que un reportero grafico queda expuesto a diario, pues, su fin es mostrar al mundo la verdad de los hechos a través de una fotografía, Así como lo han demostrado los fotoperiodistas Anthony Pérez de la página web InfoVzla, y Blas Santander de El Nuevo País, quienes fueron detenidos mientras trabajaban fotografiando las extensas colas que se forman a las afueras de los supermercados para adquirir productos alimenticios.
Andrews Abreu, Reportero gráfico del diario el Carabobeño, fue agredido y despojado de su cámara fotográfica durante unos minutos, por un funcionario de la Policía Nacional Bolivariana, quien a su vez le obligo a borrar las fotografías que había tomado en medio de un tumulto precedido por el intento de saqueo en el supermercado Makro de Valencia; una vez más se evidencia de la crítica situación de los Fotoperiodistas Venezolanos.
Cada día que pasa aumentan las agresiones contra aquellos que se dedican a este oficio; al momento de cubrir una pauta el trato que estos recibirán por parte de los funcionarios policiales dependerá de la línea editorial que represente el reportero grafico, puesto que el abuso de autoridad esta mas latente que nunca en Venezuela.
Víctor Almarza, Videográfo del diario El Carabobeño, en diversas ocasiones ha sido víctima de agresiones e incluso ha sido herido por perdigones en medio de situaciones extremas. Relató que “ha sido difícil desde el aspecto interno y el externo, el primero por los problemas que tiene el diario a consecuencia del agobio económico por parte del Gobierno lo cual limita el crecimiento financiero de los periodistas y reporteros gráficos, el segundo aspecto porque al momento de buscar la información de fuentes oficiales prácticamente nos cierran y son negados los accesos a la información oficial”
Una de las anécdotas que marcaron su vida profesional, fue la que vivió el 18 de Febrero cuando mataron Génesis Carmona, “me toco vivir una situación que normalmente una persona lo hace por escala a medida que va avanzando en esta profesión, fue una circunstancia extrema en la que yo ese día por al menos 10 segundos acepté que podía morir, porque estaban disparando desde la parte alta de la Cedeño hacia el lado los manifestantes y era la parte en la que yo estaba cubriendo la protesta”
El sonido de las balas pasaban al ras de su oído, situación que le obligo a cruzar la avenida para poder reintegrarse a su equipo de trabajo el cual estaba al otro lado en el carro esperándole para poder salir del lugar.
Para Almarza, la actitud de los funcionarios de la Guardia nacional no es más que el reflejo de la ignorancia en la que están sumergidos por creer que siempre serán “intocables o los más poderosos” sin tomar en cuenta que quien les dio el poder tarde o temprano se los quitara.
Pasión y agresión
Son las dos palabras más conocidas en este oficio puesto que si no existiese la pasión por lo que se hace jamás se aceptaría una agresión y mucho menos una detención, esta última en ocasiones suele ser una medida injusta para quienes tienen el deber de retratar a diario la realidad de Venezuela.
“cuando algo te gusta lo haces con toda facilidad” así lo expresó Andrews Abreu, ex reportero grafico del diario el carabobeño, quien ejerciendo su profesión ha sido agredido en distintas ocasiones, ha luchado contra varios intentos de detención, y ha sido testigo de muchas violaciones de los D.D.H.H.
Abreu, considera que el fotoperiodismo “es un trabajo muy arriesgado, sobre todo en Venezuela, puesto que en otros países hay más libertad de ejercer esta profesión. Los fotoperiodistas Venezolanos se han convertido en el blanco de aquellos que temen ser puestos al descubierto por medio de una fotografía tomada en el momento justo y que evidencie su modo de actuar en determinadas circunstancias.
La anécdota que marcó la vida profesional de Abreu, ocurrió en Palma real en Mañongo (Carabobo) “estábamos con otros tres colegas en medio de un enfrentamiento fuerte y ya los policías prácticamente me conocían al igual que el teniente que estaba en una de las Tanquetas y de repente uno de los colegas me dice que un guardia nacional se dirigía hacia mi yo volteo, miro y decido correr cuando tenía al menos quince kilómetros de distancia sentí un impacto en la parte baja de la espalda, el funcionario me había disparado una metra , varios segundos después yo caigo al piso, golpeó mis rodillas y fue ahí cuando los manifestantes me agarraron y me resguardaron en uno de los edificios de la zona”
A pesar de que son armas de alto calibre Abreu, corrió con suerte y el chaleco antibalas salvo su vida y columna de una gran tragedia, para este reportero grafico resulta tan amena su profesión que él considera al peligro como “un pequeño obstáculo que a veces dificulta o retrasa sus objetivos”
Practicar el fotoperiodismo en Venezuela acarrea una ardua responsabilidad y una serie de sacrificios necesarios para cumplir cada pauta establecida sin embargo, algunos reporteros gráficos afirman que no existe peligro ni sacrificio que valga más que captar grandes momentos que marcarán la historia de una sociedad y que servirán de referencia para la nuevas generaciones.
Karol Pacheco
Admirable profesión en un país tan violento y polarizado políticamente.