Las rosas más rojas

Querido diario hoy asesiné a mi esposo, me preparó una riquísima cena y me dijo que era por mi cumpleaños, pero yo estoy segura que desde hace más de un año me engaña con otra o con otras. Lo sé porque mientras él se baña, bueno se bañaba o dormía, reviso todo el contenido de su celular, mensajes, llamadas marcadas, recibidas, duración, fotos, contactos, whatsapp, instagram, Facebook.

Hace dos días le encontré un mensaje de un tal Tony, pero yo sé que en realidad es de la maldita zorra de Vanessa, su ex novia. El mensaje decía: “marico el sábado vamos hacer carne asada en la casa, para que te llegues y traigas también a tu esposa”. Estaba en clave, pero fue muy fácil descifrarlo, en realidad decía: “Mi amor me encanto haberlo hecho hoy contigo y más en la cama donde duermes con tu esposa”. Esa perra se aprovecha que tengo 3 kilos de más para sonsacar a mi marido, pero ya verá, apenas ella regrese de sus vacaciones con su familia, le sacaré los ojos, le cortare cada dedo de sus asquerosas manos y el resto veré lo que se me ocurra en el momento.

Pero volvamos al tema de mi esposo, en un principio no sospeche nada porque en mi cumpleaños siempre me trata como una reina, pero esta vez las rosas que me regalo eran más rojas de lo normal y rápidamente entendí que hoy se había revolcado con la prostituta barata de su secretaria, sí,  la maldita perra de patricia. Aunque tenga 45 años y pese 98 kilos, sé que le coquetea a mi marido, no soporta que yo sea más delgada y hermosa que ella. Por eso hizo lo imposible para aprovecharse de la debilidad de mi esposo y metérsele por los ojos. Ya luego planearé como matarla, se lo que hace a diario porque después de salir del gimnasio voy a espiar a mi esposo a su lugar de trabajo.

Mientras mi hermoso marido servía la cena, tome un candelabro muy pesado, al mejor estilo película, y con toda la fuerza que pude lo golpeé en la cabeza. Inmediatamente cayó en el suelo. Pase por encima de él, tratando de no manchar de sangre los fantásticos tacones negros que él me compro. Me termine de servir la comida y me senté a la mesa a cenar.

No tenemos hijos, por eso se me hizo fácil deshacerme del cuerpo después de cenar, tuve que cortarlo en pedazos porque no puedo cargar mucho peso, hace apenas cinco meses que me operé los senos y debo cuidármelos, fue un regalo que me hizo mi esposo con mucho amor.

Estoy cansada, me acostare a dormir, mañana tengo que despertarme temprano para ir hacer ejercicio, me preocupan estos kilos de más.

Antmar Quevedo

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