Los diez mandamientos del motorizado

Primer mandamiento: donde caben dos caben tres. La jeva, el chamo y yo. Y cuidao si no meto cuatro y monto al perro, que ese bicho es burde pila y hasta un casco y todo le compré.

Segundo mandamiento: motorizado no cree en luz roja ni nada, así que mosca pues porque lo que ando es soplao. Muévete, becerro.

Tercer mandamiento: no pago retrovisor, así que mete esa vaina pa dentro si no quieres que te vuele porque lo que estás es estorbando.

Cuarto mandamiento: si no hay puesto pa estacioná en la calle o si hay tranca, pa´eso está la acera y me sabe por dónde tiene que caminar tu abuela.

Quinto mandamiento: quién sería el mamag que pintó esa raya toda estúpida en la esquina como que si a alguien le interesa es mier.

Sexto mandamiento: ¿pa qué te vas a cambiar de canal en la autopista? ¿Tú eres pajú? Espérate que pasé yo, y yo. Ya va, que voy yo. Mosca, voy yo. Pi pi, voy yo.

Séptimo mandamiento: allí dice prohibido estacionar, pero eso debe ser con los carros. Qué “Zona de seguridad bancaria” nada, allí lo que dice es “espacio burde fino pa´ estacioná”.

Octavo mandamiento: motorizado no hace cola ni para echar gasolina. Tranquilo mi pana, que esto es rápido. Pero ya va que ahí viene otro pana.

Noveno mandamiento: primero cruzo y después veo, si es que veo. Y si no, quítate bruja.

Décimo mandamiento: persona que golpeé con su carro a un motorizado, bueno, rodó bello. Tiene que cobrar. Todo motorizado es pana aún cuando no sea pana.

Décimo primero: cuerda de achantados.

Mandamiento único del peatón: sálvese el que pueda.

Yo que escribo estas líneas he visto motorizados malandros y motorizados sifrinos, pero estos últimos manejan igual que aquellos. Todo el que se sube en una moto sufre una metamorfosis en la psique.  Los únicos motorizados distintos son los policías, que manejan peor.

Y no me digan que generalizo indebidamente, porque me he pasado días enteros en cruces de avenidas para ver al motorizado que sea la excepción: simplemente no existe, no ha existido, no existió, no puede existir y no va a existir hasta que una autoridad ejerza de verdad sus funciones. (Y no vayan para Caracas, porque es peor: en Caracas hay más motorizados que gente.)

Podría seguir hasta el infinito, enumerando las formas del atropellamiento nuestro de cada día, pero no sé qué tanto lograría. Ni siquiera creo que logre algo hablando con cada uno de estos seres, porque no entienden: cada vez que uno les dice algo, escucha una palabrota. Creen que todo reclamo a nuestros derechos como ciudadanos es sólo ganas de buscar pelea.

Así que mejor hablemos directo con los responsables: señor gobernador, ciudadano alcalde, ustedes que son las personas por las que votamos (o votaron otros, porque la verdad yo no creía mucho en ustedes) para que dieran respuesta a nuestras necesidades, ¿les interesa este asunto?

El alcalde de la ciudad, que como todo dirigente de oposición, cree que es mejor que los otros… Nunca he leído una declaración suya con respecto a éste que es uno de los tantos problemas que hace que nuestra ciudad sea cada vez menos humana: no es una ciudad para los ciudadanos. Y si hizo alguna vez una declaración, se la llevo el viento, porque dicen que el viento se lleva las palabras, pero deja los problemas.

Firma: el que sí hace su trabajo. Usted debe ser el otro.

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Acerca de Rafael Victorino Muñoz 21 Articles
Escritor y profesor universitario

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